Este Lunes a las 18:45 dentro del ciclo: «Películas Que Debes Ver Antes De Morir» vamos a ver una de las mejores tragicomedias de los años 30: «Damas Del Teatro (Stage Door)» (1937) de Gregory La Cava. Participar en el cineforum cuesta 6 euros, solo hay que avisar al email ruizserna.raul@gmail.com y se facilitará la dirección de forma privada. El cineforum está programado y presentado por Raúl Ruiz Serna.
Sé que está muy visto eso de «me siento orgulloso de presentaros…», pero debo admitirlo, Gregory La Cava es un director por el que siento gran predilección y nunca he comprendido el ostracismo al que está sometido. Además «Damas del Teatro (Stage Door)» es una de sus mejores películas, en ella se puede ver en su máximo esplendor todas las cualidades de su cine: su elegante dirección casi invisible, sus diálogos afilados, repletos de chispa y mucha mala baba, su inconfundible mezcla entre comedia elegante y drama, su visión de los años 30 (años de recesión económica)… y por encima de todo, su gran dirección de actrices.
«Damas del Teatro» narra la historia de un grupo de jóvenes aspirantes a actrices en el Broadway de la recesión que viven en un Hostal, la llegada de una pija, interpretada por Katharine Hepburn, revoluciona el Hostal, sacando a flote sus problemas, envidias, relaciones… es en definitiva una tragicomedia coral en la que todos los personajes femeninos, hasta los más secundarios, parecen tener vida propia, las protagonistas son las estrellas Katharine Hepburn y una sorprendente Ginger Rogers, que demuestra ser una magnifica actriz, pero el elenco de secundarias no le va a la zaga, y rinden a un nivel altisimo: Andrea Leeds, Gail Patrick, Lucille Ball, Ann Miller,… Solo hay un papel masculino de peso, el interpretado por Adolphe Menjou como un empresario del teatro sagaz y aprovechado. Los dialogos son extraordinarios, siempre he pensado que Gregory La Cava es uno de los mejores dialoguistas del cine clásico, que es la época dorada de los guiones, y es que las frases más que palabras parecen balas lanzadas para golpear o herir al contrario, con ese ritmo y velocidad tan propias de la screwball comedy, de las que La Cava era uno de sus mejores ejemplos.
«Damas del Teatro» es en definitiva una muestra del mejor cine de Hollywood de los años 30, con un gran reparto, con unos dialogos inteligentes y repletos de acidez, con actrices que trabajan como nunca y con una mezcla de comedia y drama tan natural que hasta parece fácil hacerlo así de bien. Una obra maestra desconocida e infravalorada.
Gregory La Cava es uno de los casos más extraños y curiosos del cine, un director que durante los años 30 parecía tener todo Hollywood a sus pies, todas las productoras se peleaban por ficharlo, y él hacía lo que quería, cuando quería, donde quería y con quien quería. Y un solo fracaso comercial hizo que todas las productoras le dieran la espalda, lo que lo llevó al olvido, donde estuvo durante años. En los últimos tiempos ha sido reivindicado y algunas de sus películas se han comercializado, pero sus películas siguen sin contar con el incondicional apoyo de los críticos, ni sus películas han logrado el status de clásicos de Ernst Lubitsch, Frank Capra, George Cukor, Leo McCarey, Howard Hawks o Preston Sturges, a los que nada tiene que envidiar como creador de excelentes comedias, con ese poso agridulce, con esos diálogos chispeantes y esas interpretaciones femeninas que son marca de la casa.
Su historia es fascinante, fue un pionero en el cine de animación, donde se ganó una buena reputación, y donde ya empezó a ganarse fama de tener una confianza en si mismo enorme. Cuando tenía uno de los mejores sueldos del floreciente cine de animación, lo abandona de un día para otro, y se pasa al cine de ficción, donde se convierte en un reputado director de comedias desmadradas que poco a poco va puliendo y empieza a ganarse cierta fama como director de mujeres. Cuando aparece el cine sonoro es cuando La Cava florece definitivamente, se convierte en el director estrella de Hollywood, sus películas son todas éxitos comerciales y las actrices que quieren relanzar sus carreras se encomiendan a él para salvarlas. Lo más sorprendente es que esto ocurre siendo totalmente fiel a su forma de ser y de trabajar: se niega a realizar contratos de más de una película con las productoras, él decide lo que hace y con que productora realiza cada película, se niega a entregar guiones definitivos, con todo lo que ello supone para controlar los gastos de producción, cada mañana a primera hora entrega el guión del día, por la mañana realiza ensayos, por la tarde rueda lo ensayado, todo se rueda por orden cronológico según ocurre en la película, ni los actores saben que ocurrirá al día siguiente con sus personajes, tiene un carácter hostil con productores y prensa, con los que se encara y tiene la osadía de salirse con la suya, y por si todo esto fuera poco tiene un grave problema con el alcohol, es uno de los mayores borrachos de Hollywood, y ser uno de los grandes borrachos de Hollywood equivale a ser uno de los grandes borrachos… del mundo, a veces no va a los rodajes porque se encuentra «indispuesto», otras veces no esta inspirado y se dedica a tocar el piano mientras el equipo espera,… y mil anécdotas más que lo definen como una de las personalidades más llamativas de los años 30. Los productores, que eran los verdaderos jefes de Hollywood, lo odiaban, pero lo odiaban en silencio, porque sus películas eran un éxito asegurado, porque cualquier actriz en decadencia volvía a reflotar después de trabajar con él, porque cualquier actriz joven y prometedora acababa siendo una nueva estrella… así que se lo aguantaban todo, pero no perdonaban, no olvidaban. Cuando en 1942 «Una Dama en Apuros» resultó ser un fracaso, el primer fracaso de su carrera, los productores parecieron alegrarse, todos y cada uno de ellos hizo lo mismo: ignorarle, no le dieron trabajo y el director más «poderoso» de Hollywood (y digo poderoso, porque era el único director que había logrado que los productores se plegaran a sus exigencias) pasó a ser un paria, un olvidado. Tardó 5 años en hacer otra película, pero ya no era lo mismo, hizo lo que antes no hubiera hecho nunca, aceptó un proyecto que no le interesaba, y un año después empezó el rodaje de «Venus era Mujer», pero hubo una fuerte discusión con los productores, para calmar las cosas dijo que bajaba un momento, no recuerdo si para comprar tabaco o tomarse una copa, pero no volvió a subir… y no volvió a trabajar en el cine nunca más. Sus últimos años de vida fueron una autodestrucción a base de alcohol, por lo que murió solo y prematuramente.
Algunas de sus mejores películas son:
«Loco de Atar (Running Wild)» (1927): Gran éxito comercial para lucimiento del famoso comediante (en USA al menos) W.C. Fields.
«Tómeme el Pulso, Doctor (Feel My Pulse)» (1928): Quizás su película muda más recordada, una comedia desmadrada, aunque ya con algunos toques típicos de La Cava, para mayor gloria de Bebe Daniels.
«Astucia de Mujer (Smart Woman)» (1931): Su primera película sonora importante, en la que ya empieza a verse el estilo que hará de La Cava uno de los directores más importantes de los años 30. Protagonizada por Mary Astor.
«La Melodía de la Vida (Symphony of Six Million)» (1932): Película dramática sobre un doctor judío que toma conciencia, fundamental para su carrera, pero que carece de su estilo propio.
«American Bluff (The Half Naked Truth)» (1932): Película menor, pero que además de cierta crítica al sueño americano ya tiene todos los elementos del cine típicamente «La Caviano». Con Lupe Velez.
«El Despertar de una Nación (Gabriel Over the White House)» (1933): Toda una rareza, una película claramente politica de ideología como poco discutible (es el momento en que en el mundo soplan los aires del fascismo, anarquismo y comunismo). Fascinante y única. Con Walter Huston.
«Lecho de Rosas (Bed of Roses)» (1933): Película menor que marca definitivamente el estilo de La Cava. Con Constance Bennett y Joel McCrea.
«Sucedió Una Vez (She Married Her Boss)» (1935): Película que definitivamente marca el estilo de La Cava, que por fin alcanza una cumbre importante y marca el inicio del mejor momento de su carrera. Con Claudette Colbert y Melvyn Douglas.
«Mundos Privados (Private Worlds)» (1935): Otra gran película, en esta ocasión más enfocada al drama, pero que tiene el toque «La Cava». Con Claudette Colbert, Charles Boyer, Joan Bennett y Joel McCrea.
«Al Servicio de las Damas (My Man Godfrey)» (1936): Su película más recordada y más fácil de ver, una obra maestra de la screwball comedy, divertida, ingeniosa y alocada. Con Carole Lombard y William Powell.
«La Muchacha de la Quinta Avenida (5th Avenue Girl)» (1939): Esta película podría usarse como ejemplo claro del estilo «La Cava», con su mezcla de comedia, drama y parábola social. Con Ginger Rogers.
«Camino de Rosas/Una Nueva Primavera (The Primrose Path)» (1940): Otra mezcla de comedia, drama y parábola social, en este caso la parábola social es más extrema y el drama tiene más peso que la comedia, con un tono que pasa de su habitual agridulce hasta casi alcanzar el sabor amargo. Con Ginger Rogers y Joel McCrea.
«Ansia de Amor (Unfinished Business)» (1941): Última gran película de La Cava, con todos los ingredientes esperados, pero con un tono más desencantado y amargo que cualquiera de sus otras películas. Reivindicable reflexión sobre el amor y la vida en pareja. Con Irene Dunne y Robert Montgomery.
«Damas del Teatro» tiene en filmaffinity un 7,6 con más de 1.000 votos y en imdb tiene un 7,7 con 4.000 votos. Aquí tenéis algunas opiniones de usuarios en castellano: http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/627081.html
Y para los angloparlantes opiniones en inglés (64 ni más ni menos): http://www.imdb.com/title/tt0029604/reviews?ref_=tt_urv
No he encontrado un trailer en condiciones de la película, por eso os pongo una especie de videoclip realizado con imágenes de la película:
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A la Sombra del Séptimo Arte 